lunes, 23 de agosto de 2010

ORDEN FRANCISCANA DE LA DIVINA COMPASIÓN



SEGUIMIENTO DE CRISTO

La vida de los hermanos es «seguir más de cerca a Jesucristo, movidos por el Espíritu Santo», fieles a la propia vocación, en un continuo camino de conversión, según la forma observada y propuesta por san Francisco de Asís.

El hermano, conducido por el Espíritu, se hace discípulo del Señor, considerándolo como único Maestro de su vida de penitencia.

La ORDEN FRANCISCANA DE LA DIVINA COMPASIÓN es una Orden Religiosa dentro del movimiento continuante anglicano. Sus miembros viven sus vidas bajo los votos de obediencia, sin propio y castidad con o sin celibato. La Orden está bajo el patrocinio de la Bienaventurada Virgen María, de San Francisco de Asís y Santa Clara, para anunciar y hacer conocer el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo y la fe que se entregó una vez y para siempre a todos por medio de los santos.

La ORDEN FRANCISCANA DE LA DIVINA COMPASIÓN, es una comunidad de clérigos y laicos en comunión con la tradición anglicana que vive el espíritu franciscano de alegría y penitencia para la gloria de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, y para el beneficio de la Una, Santa, Católica y Apostólica Iglesia de Cristo.
La ORDEN FRANCISCANA DE LA DIVINA COMPASIÓN vive un carisma abierto, pero con prioridad en la atención a aquellos que NADIE QUIERE, los más pobres entre los pobres y los rechazados por la iglesia y la sociedad.


Cada hermano, hecha su opción de vida religiosa, se entrega por completo, en absoluta pobreza, a servir a todos los marginados, los despreciados y los más débiles. En ellos cada religioso encuentra la imagen viva y real de Cristo, pobre y Crucificado.

Formación Cristiana

Catequesis y formación humano-cristiana para los niños, en procura de dar a conocer a los más inocentes y nobles seres de la humanidad al Dios que es amor, perdón y generosidad. Nos esforzamos por modificar el caos de nuestra sociedad y arrancar de las garras de la droga y la violencia a creaturas nobles que merecen una mejor calidad de vida y un mundo mejor.

Alimentación

Brindamos a los niños y a los más pobres la posibilidad de alimento digno, de un plato diario de comida que amaine su hambre, y que no los lleve a tener que comer de la basura.

Liturgia

Celebramos y vivimos las solemnidades de nuestra fe cristiana, gozando de la alegría de los misterios de la Natividad y la Resurrección del Señor Jesús.

Los más pobres entre los pobres

Vemos con gran respeto y amor a los hijos de la oscuridad, a los despreciados de la sociedad, a los enfermos en el espíritu a ellos, a los de la calle, a las trabajadoras sexuales, a los jóvenes que equivocaron el camino.

Ellos, hombres y mujeres que viven en la calle, que comen basura, que son despreciados y vistos como desechos de la “sociedad”. “Porque todo lo que hacéis a uno de éstos más pequeños, conmigo lo hacéis.”

Cualquier andén, una esquina, las ruinas de una escuela, un callejón oscuro… todos estos son los hogares donde viven muchos de nuestros hijos, hermanos, padres, madres, abuelos y conocidos.

En estos hermanos se manifiesta la realidad de la miseria humana, el abandono, el desprecio de sus propios familiares, el señalamiento de una sociedad hipócrita que lo permite todo y luego lo critica, el dolor de la soledad, y la amargura de ser los hijos de NADIE, los hombres y mujeres sin futuro ni hogar.

Cada hermano de la Orden trabaja en procura de atender a las necesidades básicas de quienes viven en la absoluta miseria. Un baño fresco, ropa limpia, un plato con alimento, atención médica, y todo cuanto nos sea posible ofrecerles, pero sobre todas estas cosas materiales queremos que se sientan amados y respetados como seres humanos. Ellos han de saber que cada religioso de la Orden Franciscana de la Divina Compasión es su amigo y su hermano.
Redacción: Fray Juan de Jesús Torres Pereira, ofdc
Corresponsal en Colombia

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