jueves, 26 de agosto de 2010

Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca


Carisma

El Carisma de los Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca gira en torno al cuarto voto que profesamos junto con los de Castidad, Pobreza y Obediencia. Se trata de la asistencia a los enfermos incurables y a los más necesitados.

En un ambiente familiar, de cercanía y convivencia fraterna entre Hermanos, asistidos y voluntarios, los Hermanos gozamos de la inmensa gracia de poder asistir al mismo Dios encarnado en todos los hombres pero especialmente en los más enfermos.

Comunidades reducidas de Hermanos y un número no muy elevado de asistidos, hace posible que en nuestras "Casas Familiares" se viva un ambiente de familia, donde las vivencias en el día a día son muy cercanas e intensas.


El Hermano Franciscano de Cruz Blanca no es sólo una persona consagrada que atiende a los enfermos y pobres en sus necesidades materiales más básicas. El verdadero Franciscano de Cruz Blanca, siguiendo los pasos de nuestro Fundador, el Hermano lsidoro, vive al lado del asistido, estando y siendo, dando y recibiendo. La presencia cercana, el trato cariñoso, los gestos de amor fraternal, deben jalonar nuestra vida de consagrados para el Reino sirviendo a los que hoy nadie quiere: disminuidos físicos y psíquicos, enfermos terminales, inmigrantes, ancianos, enfermos de SIDA, alcohólicos o transeúntes.

Isidoro Lezcano, un hombre de Dios


En la mañana del 20 de febrero de 2006, falleció el Rvdmo. Hno. Isidoro Lezcano Guerra, Fundador y Superior General del Instituto de Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca, en Las Palmas de Gran Canaria en cuya comunidad residía.

El Hno. Isidoro Lezcano Guerra, es el Fundador de la Congregación de Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca, que fue erigida canónicamente como Instituto Religioso de Derecho Diocesano, el Jueves Santo -Día del Amor fraterno- del año 1989 por Monseñor Carlos Amigo Vallejo, Arzobispo de Sevilla; el mismo que en 1975 y siendo Arzobispo de Tánger le diera carta de identidad en la Iglesia, erigiéndola en Pía Unión.

Isidoro Lezcano nació el 30 de diciembre de 1935; después de una experiencia en el seminario y con los Hermanos de San Juan de Dios, a los diecisiete años trabaja de enfermero en un Hospital psiquiátrico. Ve como sufren los hombres y siente la llamada de Dios. Pero carece de medios para empezar. Entonces conoce a un hombre, enfermo, tetrapléjico desde hacía quince años, que desde el lecho de su enfermedad quiere con sus medios ayudar a aquellos que carecen de todo. Después de la primera visita, el Hno. Isidoro experimenta tanta alegría, al ver que el Señor había puesto en su camino a una persona, con el mismo ideal que él tenía, que abandona su trabajo como enfermero y se dedica a atender a los pobres

El servicio militar lo lleva a la base de Tetuán (Marruecos), y desde su puesto como enfermero en la base, y en sus ratos libres, hace continuas visitas a las kabilas (pequeños poblados árabes), que le ponen en contacto con seres marginados y de una pobreza extrema. Es requerido por todos los habitantes de estos poblados, que acuden a él para ser curados en sus enfermedades, para asesoramiento en trámites administrativos, para recabar su ayuda material.

Cumplido el servicio militar, sintiendo que su vida está al lado de los marginados, no abandona la zona, y realiza unas oposiciones que le ponen en el Servicio Meteorológico de Ceuta. Y allí termina encontrando su verdadera vocación junto al lecho de un enfermo terminal en el Hospital de la Cruz Roja de Ceuta. Y empieza los primeros pasos de su obra.

Ya tiene algún dinero de su sueldo como funcionario y alquila un chalet donde acoge a paralíticos, alcohólicos, personas abandonadas, enfermos mentales...etc. También se va formando un pequeño grupo que quieren seguirle.

Después vendrá la prueba, pero seguirá firme en su propósito de seguir al Señor sirviendo a los más necesitados y con la única compañía de otro Isidoro, el Hno. Isidoro Macias marchan a Tánger donde obtendrán la acogida, el cariño y la complicidad de Monseñor Carlos Amigo Vallejo.

Y aquella semilla de primavera que un día sembrara, dio su fruto. Hoy los Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca extienden su acción caritativa en 35 Casas esparcidas por la geografía española, 1 en Marruecos y 5 en América Latina, donde desde el servicio a los discapacitados físicos y psíquicos, enfermos mentales, ancianos, transeúntes e inmigrantes, toxicómanos, enfermos de SIDA, ex-presidiarios y en medio de toda marginación y pobreza mantienen vivo el carisma de su Fundador: "la plena dedicación a los Cristos rotos por el dolor y la marginación, siendo en medio de ellos, testimonios vivos del Amor de Dios".

El Hno. Isidoro Lezcano ha sido un hombre de Dios, al que amó profundamente. Un hombre hermano del hombre al que escuchaba, ayudaba, asistía, amaba y respetaba. Un hombre de Iglesia a la que ha amado con amor de hijo, respetado y acatado en todo momento.


Fundación Cruz Blanca


Los fines de la Fundación Cruz Blanca son:

a.- Asistir a personas necesitadas, con dificultades sociales, tanto de tercera edad, como personas con discapacidades, así como personas con riesgo de exclusión social, realizando cuantas actividades fueren necesarias tanto desde el punto de vista asistencial, formativo o de reinserción.

b.- Promoción y fomento del voluntariado.

c.- Cooperación para el desarrollo.

d.- Promoción y sensibilización de la acción social.

Su Apostolado lo realiza en España, Marruecos y Venezuela.


HERMANOS FRANCISCANOS DE CRUZ BLANCA

CURIA GENERAL:

41089 MONTEQUINTO (Sevilla) –
Telf. 95 412 40 85
Fax 95 412 40 88
Apartado de Correos, 4 –

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