Las Clarisas elaboran estos días sus tradicionales mantecados, roscos de vino, bilbaos y bocaditos de almendra
La Verdad
El pequeño horno de la panadería del Monasterio de Santa Ana y la Magdalena de Clarisas no para estos días. De él, entran y salen una y otra vez bandejas repletas de mantecados, roscos de vino, polvorones y bocaditos de almendra. Dulces que saben a gloria y que conformarán las cajitas que las monjas envasan con cuidado y esmero y que venderán a través del torno del convento como cada navidad.
Las recetas de los dulces han pasado de unas a otras a lo largo de los años. «Mantenemos la tradición de elaborar los dulces tal y como lo hacían las que vivieron en el viejo monasterio», afirma la abadesa de las Clarisas, la Madre María Jesús. Ese es el secreto de su exquisito sabor. «Son muy sencillos, pero quizás eso es precisamente lo que les confiere ese encanto especial», agrega.
El convento huele estos días a azúcar, a canela, a almendra, a corteza de limón recién rallada... aromas navideños que nos recuerdan a las cocinas de nuestras abuelas. «Nos da encanto poder seguir con la tradición, aunque cada vez somos menos y se hace más difícil».
Muchos de los que hacen el 'paseillo' hasta el monasterio de las Clarisas lo llevan repitiendo toda su vida. «Nos recuerdan cuando venían de pequeños a por 'Pan de Ángel', recortes de las Sagradas Formas, acompañados de sus padres, de sus abuelos», cuenta la Madre María Jesús con cariño.
Los dulces más solicitados son los que venden en pequeñas cajitas surtidas. En ellas, hay mantecados, roscos de vino, bilbaos, polvorones de almendra y bocaditos de almendra. Están dispuestos cuidadosamente y cubiertos por un papel que asemeja a un encaje.
Pero no son las únicas delicias que elaboran estos días. En Reyes, también harán roscones, aunque serán unidades limitadas. El resto del año su horno sigue funcionando para atender pequeños pedidos de empanadas y bizcochos. «Somos un monasterio modesto, con cada vez menos monjas y las que van quedando ya tienen cierta edad, por lo que podemos dedicar poco tiempo a la panadería», relata María Jesús.
En noviembre, desde hace algunos años, elaboran la 'Tarta de San Clemente'. Entre sus ingredientes principales están las castañas. «El día de San Clemente, del Patrón, en el monasterio se suele comer castañas y quisimos que la tarta las llevase. Muchos lorquinos la han probado y les gusta bastante».
Torta de pimiento molido y hojaldres son otras de las delicias que salen de su horno. «Estos últimos de jamón y queso, chocolate y cabello de ángel». Algunas nuevas recetas llegan de la mano de Sor Isabel Teresa, que se ha convertido en toda una experta en repostería. Desde hace años, muchos reclaman que esas viejas recetas sean recopiladas y editadas en un volumen.
«Queremos hacerlo, pero siempre estamos faltas de tiempo. No descartamos editar un pequeño librito donde pongamos no sólo algunas de las recetas de nuestros dulces de navidad, sino también de los guisos sencillos que cada día cocinamos», apunta la Madre María Jesús.
El libro sería muy especial, ya que la intención es que esté escrito a mano, como los de antaño. Cada receta sería de una Clarisa. «Lo que queremos hacer lleva su tiempo, pero esperamos que alguna vez se cumpla nuestro sueño».
Sus guisos del día a día son los tradicionales de Lorca. «Hervidos, lentejas, migas sin tropezones a las que llamamos 'de vigilia'... Son muy sencillas. Algunos lorquinos las conocen, porque nos las han pedido, pero otras, las guardamos con cierto secreto por su antiguedad».
SUS DELICIAS
Navidad. Mantecados, roscos de vino, bilbaos, polvorones de almendra y bocaditos de almendra
Reyes. Roscón (unidades limitadas).
Noviembre. Tarta de San Clemente, a base de frutos secos.
Resto del año. Empanada, torta de pimiento molido, hojaldres de jamón y queso, chocolate y cabello de ángel y bizcocho
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