Una mirada en directo a las tradiciones y a una parte de la misma historia del Paraguay es lo que ofrece una nueva propuesta turística que busca insuflar oxígeno al sector turístico de nuestro país.
ABC
"Pyporé, la huella franciscana" es el recorrido que desde enero comenzará a llevar a aquellos interesados en conocer un poco más una fracción de la tradición y la historia del Paraguay. El recorrido abarca, como hace referencia su nombre, pueblos y puntos de la Ruta Franciscana. Un recorrido que busca cambiar el hecho de que, en opinión de sus responsables, el Paraguay tiene atractivos, pero no servicios turísticos a la altura.
La palabra clave es "sostenibilidad". La doctrina aplicada por la Red Cooperativa de Emprendedores Turísticos (Cotur) consiste, básicamente, en unirse con emprendedores de las distintas ciudades y zonas que incluyen sus itinerarios, modo por el cual también estos dueños de restaurantes típicos o artesanos, como socios estables, se beneficien de su trabajo sin tener que recurrir a intermediarios.
LA ORDEN
Como ya se mencionó, la ruta turística abarca zonas del país en las que la Orden de San Francisco de Asís emprendió su misión evangelizadora entre la población indígena. Los franciscanos se destacaron por un proceso de evangelización mucho más ligero y dócil que el empleado por los jesuitas.
De forma similar a los jesuitas, sin embargo, los franciscanos utilizaron el sistema de reducciones por medio de los cuales la población indígena era concentrada en comunidades que serían la génesis de varias grandes ciudades paraguayas de la actualidad como Yaguarón, Altos o Atyrá.
LA BELLEZA EN LO INTERIOR
Es justamente la ciudad de Yaguarón el primer punto del recorrido Pyporé, y la primera parada es, como no podía ser de otra forma, la obra maestra franciscano-indígena que es la iglesia de San Buenaventura.
Este edificio, de aspecto sobrio y relativamente austero en su exterior, recibe a los visitantes con un interior totalmente a oscuras. En la penumbra más absoluta, sonidos de la naturaleza y música barroca comienzan a llenar el ambiente, mientras lentamente se enciende una luz que permite distinguir la figura del Jesucristo crucificado que se encuentra cerca de la entrada principal. Se trata de una de las pocas figuras del templo que no son originalmente de allí.
Progresivamente se van encendiendo más luces, y en la oscuridad se van revelando las diversas tallas que adornan el antiguo edificio.
Finalmente, se encienden las luces al fondo de la iglesia, y los visitantes pueden apreciar el majestuoso altar, con la figura de un Dios con rasgos indígenas y europeos en lo más alto, rodeado de ángeles, santos y la Virgen María.
La iglesia de San Buenaventura es uno de los pocos templos en el mundo en contar con una representación de Dios, y también tiene la particularidad de que la figura del Cristo crucificado, central y protagonista en la mayoría de los templos católicos, en la iglesia de Yaguarón ocupa un lugar secundario como es el ya mencionado, próximo a la entrada.
Todo esto es explicado de forma concisa y detallada a la vez por los guías que acompañan la excursión, además de un guía local y el sacristán de la iglesia. El templo es, sin duda, una maravillosa representación física de la doctrina franciscana que consideraba que el exterior de las cosas era de una importancia secundaria, y que es en el interior que se esconde la auténtica belleza.
TRADICIÓN
Pero el majestuoso templo de San Buenaventura es solo el primer paso del recorrido. De allí se procede a pie a la que es la segunda parada, la cual se encuentra solo a unas pocas cuadras de distancia.
Sin embargo, una sorpresa aguarda en el camino, en la forma de cuatro músicos; tres generaciones de una familia que continúa con una tradición que tiene más de tres siglos, lo que la hace una de las tradiciones musicales más antiguas de todo el Paraguay.
La banda "Peteke Peteke", con sus instrumentos tradicionales de los indígenas, acompaña a los turistas hasta el Museo Gaspar Rodríguez de Francia, un edificio construido a finales del siglo XVIII que fue la vivienda del capitán José Engracia García de Francia, padre de José Gaspar Rodríguez de Francia, que gobernaría el Paraguay, luego de que este se independizara de los españoles.
La vivienda convertida en museo cuenta con varias pertenencias personales del mismo dictador, además de numerosos utensilios y muebles de la época, evidencia de favorable situación económica de nuestro país durante e inmediatamente después del gobierno de Francia. Además, dominan en las paredes imponentes retratos del mandatario y de los próceres de la Independencia del Paraguay.
De acuerdo a uno de los guías, el Museo recibe alrededor de 10 mil visitantes al año.
Tras un minucioso recorrido guiado por la casa, los "Peteke Peteke" regalan una vez más con su música a los visitantes, antes de que éstos partan.
Sigue una breve escala en el copetín-comedor Tía Ana, propiedad de otra de las socias de Cotur, la docente y experta culinaria Ana María Silva de Jara, quien hace un año convirtió un modesto copetín en un acogedor comedor.
"Tía Ana" explicó que además de su labor como dueña del comedor, enseña la asignatura de Trabajo y Tecnología para los grados 4°, 5° y 6° en una escuela local.
ARTESANÍA
Tras unos minutos de recorrido a pie por un hermoso paraje rural, luego de llegar en bus hasta Itauguá, se llega a un taller de artesanía donde unas 22 trabajadoras crean auténticas maravillas en ñanduti, que luego venden con precios que van desde los 5.000 guaraníes hasta más de 100.000.
Estas artesanas de todas las edades son otras de las socias del tour y se muestran contentas de enseñar a los visitantes que se muestren interesados en su técnica para confeccionar las preciadas obras de artesanía.
Una vez que los secretos del tejido de ñandutí son exhibidos y las compras de rigor son hechas, el viaje hace una escala técnica en un restaurante tradicional de cocina Yma dirigido por la señora Úrsula Irrazábal. Un almuerzo "netamente paraguayo" consistente en un "bife coyguá" (carne con cebolla) con arroz y papas acompañado por jugos de frutas naturales calma el hambre de los viajeros, mientras una banda interpreta guaranias de fondo.
El viaje entonces continúa con una visita a un taller de cerámica en la misma Areguá. Allí, trabajadores miembros de la Asociación de Artesanos de Areguá, también socios de Cotur, realizan sus obras en cerámica, que pueden valer desde poco más de 10.000 guaraníes hasta 500.000.
Aquí, los turistas pudieron no solo observar el proceso de elaboración de la artesanía, sino que, quienes se atrevieron, tuvieron la oportunidad de poner ellos mismos manos a la obra e intentar crear su propia pieza de cerámica.
Finalmente, el recorrido culmina con una visita al ultramoderno Centro Cultural del Lago, donde se puede apreciar obras de varios artistas destacados de la región. Administrado por la artista plástica Ysanne Gayet, el Centro del Lago acoge decenas de impresionantes esculturas de cerámica.
Finalmente, tras un breve viaje, se regresa a la capital para concluir lo que se puede definir en una breve frase, que es al mismo tiempo la ideal para definir esta iniciativa: una buena idea.
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